Viviendo con conejos
Aprende a cuidar de tus conejos y a conocerlos mejor.
Los conejos nunca deben encerrarse en una jaula
Aprende a integrarlos en la familia como un miembro más de pleno derecho. Ellos serán más felices y tú los disfrutarás más. Los conejos pueden vivir sueltos en casa si haces algunas pequeñas adaptaciones.
Conoce a mis maestros
Kål
Lo adopté en una protectora no especialista en conejos para vivir con Doña Tekla que nunca quiso a Pako. La conquistó en 2 segundos. Llegó con parásitos y positivo a E. cuniculi y vivió poquito. Conejo enorme de orejas enormes y un carácter espectacular. Bueno, cariñoso y tranquilo. Me enseñó lo fácil que puede ser un conejo y que todos dejan mucha huella, aunque no estén mucho tiempo en casa.
Pippo
Pippo llegó para hacer compañía a Doña Tekla, pero nunca se llevaron bien. Tiene un carácter complicado con personas y humanos, gruñe como un demonio, pero es muy listo y gracioso. Encontró a su compañera ideal en Gerti, que desgraciadamente no vivió mucho con nosotros. Después me costó más de un año que se llevase bien con Kaira, pero ahora está encantado. Me enseña cada día a respetar sus límites y ganarme su respeto y confianza.
Gerti
La adopté de una persona que la había rescatado de un criador de conejos para carne. Su vida había sido muy triste y estuvieron a punto de comérsela. Llegó con graves problemas de salud y no vivió mucho con nosotros. Conquistó a Pippo en tiempo record. Gran coneja, gran corazón, buena hasta decir basta. Muy cochina, muy cabezota y desdentada. Me enseño que se puede querer mucho al conejo más desastre del mundo, porque todos son especiales en algo.
Kaira
Kaira vivía en una caseta exterior sola porque otros conejos la pegaban. Fue complicado conseguir que Pippo y ella aprendieran a confiar el uno en el otro. Pero al final fue posible. Es una coneja muy buena, algo miedica, muy graciosa y grandota. Una vez aprendió a hacer mimitos a Pippo ya le cogió el gusto. Me enseña como los conejos vencen sus miedos y progresan cada día.