Viviendo con conejos

Aprende a cuidar de tus conejos y a conocerlos mejor.

 

Los conejos nunca deben encerrarse en una jaula

Aprende a integrarlos en la familia como un miembro más de pleno derecho. Ellos serán más felices y tú los disfrutarás más. Los conejos pueden vivir sueltos en casa si haces algunas pequeñas adaptaciones.

Conoce a mis maestros

 
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Siro

Lo encontré a la orilla de un río cuando paseaba. Tenía solo 3 meses. Con él empezó todo. Conejo pequeñito, albino, de carácter afable y tranquilo. Muy bueno y cariñoso. Me enseñó cuánto se puede querer a un conejo y qué bonitos son por dentro y por fuera.

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Vaki

Adopté a Vaki para ser la compañera de Siro. Con Siro fue amor a primera vista y ya no se separaron. Con el resto del mundo no era tan simpática. Mordió a todo el que pudo y a alguno más. Me enseñó cómo tratar a un conejo agresivo para ayudarlo a mejorar y a aceptar a cada uno como es.

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Pako

Lo adopté cuando ya tenía 3 años. Muy sociable y tranquilo con personas, algo más gruñón con otros conejos. Tranquilo y glotón. Tuvimos una extraña conexión desde el principio. Nos quisimos, nos adoramos y nunca dejaré de echarlo de menos. Me enseñó a hacer presentaciones complicadas de conejos con carácter.

 
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Vera

La saqué de una perrera al borde de la muerte con sarna, garrapatas y pulgas, deshidratada y con fallo renal. Llevaba 10 días allí y no había comido apenas. Casi no lo cuenta pero salió adelante. Muy miedosa pero muy buena con conejos y con personas. Me enseñó a tratar conejos muy miedosos y ayudarles a mejorar y cómo ellos se superan y sobreviven a lo que no parece posible.

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Valky

La adopté de un particular que criaba conejos y ya no la quería porque no se llevaba bien con otros conejos. Coneja buena y sociable con personas, tranquila. Conquistó a Pako enseguida y fueron inseparables mientras vivió. Coneja poco aventurera, calmada, a pesar de todo, no era conflictiva. Me enseñó lo importante que es para los conejos vivir con otros conejos incluso aunque a veces tengan sus diferencias.

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Doña Tekla

Salió de la misma perrera que Vera. Una coneja muy graciosa, intrépida, inquieta y divertida. Algo nerviosa y reactiva con otros conejos. Vivía la vida a tope con su espontaneidad y su energía. A pesar de su carácter complicado se hacía querer mucho. Nunca quiso a Pako ni a Pippo, pero con Kål fue flechazo. Me enseñó que que hay conejos con las cosas muy claras y una actitud decidida ante la vida.

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Kål

Lo adopté en una protectora no especialista en conejos para vivir con Doña Tekla que nunca quiso a Pako. La conquistó en 2 segundos. Llegó con parásitos y positivo a E. cuniculi y vivió poquito. Conejo enorme de orejas enormes y un carácter espectacular. Bueno, cariñoso y tranquilo. Me enseñó lo fácil que puede ser un conejo y que todos dejan mucha huella, aunque no estén mucho tiempo en casa.

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Pippo

Pippo llegó para hacer compañía a Doña Tekla, pero nunca se llevaron bien. Tiene un carácter complicado con personas y humanos, gruñe como un demonio, pero es muy listo y gracioso. Encontró a su compañera ideal en Gerti, que desgraciadamente no vivió mucho con nosotros. Después me costó más de un año que se llevase bien con Kaira, pero ahora está encantado. Me enseña cada día a respetar sus límites y ganarme su respeto y confianza.

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Gerti

La adopté de una persona que la había rescatado de un criador de conejos para carne. Su vida había sido muy triste y estuvieron a punto de comérsela. Llegó con graves problemas de salud y no vivió mucho con nosotros. Conquistó a Pippo en tiempo record. Gran coneja, gran corazón, buena hasta decir basta. Muy cochina, muy cabezota y desdentada. Me enseño que se puede querer mucho al conejo más desastre del mundo, porque todos son especiales en algo.

Kaira

Kaira vivía en una caseta exterior sola porque otros conejos la pegaban. Fue complicado conseguir que Pippo y ella aprendieran a confiar el uno en el otro. Pero al final fue posible. Es una coneja muy buena, algo miedica, muy graciosa y grandota. Una vez aprendió a hacer mimitos a Pippo ya le cogió el gusto. Me enseña como los conejos vencen sus miedos y progresan cada día.

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Los innumerables conejos acogidos

Han sido tantos que no puedo decir un número 100, 200, no lo se. Muchos enfermos, muchos con miedo. Muchos encontraron un hogar y otros no lo consiguieron. Me enseñaron todo lo que se sobre conejos y, sobre todo, el valor de una vida pequeña y las segundas oportunidades.