Etología básica del conejo
Unas nociones básicas sobre el comportamiento natural de los conejos.
A la hora de entender e interpretar el comportamiento de los conejos es frecuente que se haga desde un punto de vista antropocéntrico, asociándolo con comportamientos humanos o incluso de otros animales que conocemos mejor. Esto lleva a múltiples errores de interpretación que nos impiden entender a los conejos y, por tanto, mejorar nuestra relación con ellos o su calidad de vida.
La primera característica del conejo que define muchos de sus comportamientos es que se trata de un animal presa. A diferencia de otros animales con los que estamos más familiarizados, como los perros o gatos, que son depredadores, el conejo tiene un fuerte instinto de huida, de esconderse, de ocultar enfermedades y tiene tendencia a estar constantemente alerta y vigilante. Parece poca cosa, pero ser una presa en la naturaleza define muchas características del comportamiento del conejo doméstico. Por esta razón en muchas ocasiones interpretar su comportamiento en equivalencia al de un perro, por ejemplo, resulta en malintrerpretaciones.
La segunda característica importante a resaltar en el comportamiento del conejo es que es un animal gregario. Es decir, en la naturaleza vive en grupos, no de forma solitaria. Esto tiene implicaciones a la hora de decidir tener conejos, ya que no se debe tener solo uno.
En general, en gran medida, el comportamiento del conejo doméstico no es muy diferente del de su pariente silvestre. La domesticación ha conseguido individuos más tranquilos pero que conservan en esencia todos los instintos del conejo silvestre europeo.
Animales presa
Los animales presa tienen un fuerte instinto de huida, además de huir también tienden a esconderse y a quedarse quietos y agachados para pasar desapercibidos. No es casualidad que la palabra agazaparse venga de gazapo. Los conejos se sienten seguros en escondites que les recuerden a una madriguera. También les gusta vigilar por si viene un depredador, por eso muchas veces se suben en lugares altos, mejor si están cubiertos por arriba. Todos estos comportamientos deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar los alojamientos y proporcionar enriquecimiento ambiental.
En la naturaleza un conejo solo es levantado del suelo y manipulado por un depredador. Por eso para ellos ambas cosas son muy estresantes. Debemos evitar hacerlo si no es estrictamente necesario. Esto incluye evitar levantarlos del suelo, llevarlos en brazos y, por supuesto, ponerlos boca arriba. Manipular a un conejo o ponerlo boca arriba puede desencadenar una reacción involuntaria llamada inmovilidad tónica que es un estado de aparente relajación, en el que, sin embargo, el conejo está completamente alerta y muy estresado. Una manipulación brusca o indeseada puede provocar que el conejo se defienda mordiendo o intente huir produciendo arañazos. Por eso es muy importante explicar a los niños que los conejos necesitan espacio y distancia. Ganarse la confianza de un conejo puede llevar tiempo, pero estos tiempos se acortan si respetamos su ritmo y no les forzamos a nada que no deseen. Los conejos son desconfiados por naturaleza.
Los animales presa duermen bastante poco en comparación con los depredadores. Su constante estado de vigilancia hace que muchas veces duerman con los ojos abiertos, con lo que nos puede parecer que los conejos duermen incluso menos de lo que duermen realmente.
Los conejos tienden a esconder su malestar o enfermedad dando síntomas a veces cuando ya está muy avanzada. Esto es porque los depredadores eligen a las presas más fáciles y cualquier muestra de debilidad puede ponerlos en el objetivo. Por eso debemos observar a nuestros conejos y conocer su comportamiento normal para detectar cualquier cambio sutil que pueda indicar una enfermedad.
El juego muchas veces es un entrenamiento para la vida. Los animales presa no juegan como los depredadores. No juegan a perseguirse porque no necesitan entrenar los comportamientos de caza. De hecho, no juegan entre ellos, más bien hacen ensayos de carreras de huida para practicar. Cuando ponemos a un conejo en un lugar nuevo, especialmente en un lugar amplio o al aire libre, es muy común que empiecen a correr como locos ensayando rutas de huidas y reconociendo el terreno. Cuando vemos a un conejo perseguir a otro, a otro animal o a una persona, no nos debe quedar ninguna duda de que no está jugando. Debemos buscar otra explicación a su comportamiento. Suelen ser comportamientos agresivos causados por las hormonas, el estrés o el miedo.
Animales gregarios
Los animales gregarios son aquellos que, de forma natural, viven en grupos de animales de su misma especie. Los animales que viven en grupo se relacionan con los individuos de su misma especie de formas específicas y esta comunicación no puede darse con otras especies.
Para los conejos es importante vivir con otros conejos, no están “diseñados“ para vivir solos, lo ideal son pequeños grupos, pero lo mínimo debe ser una pareja, para que puedan desarrollar todos los comportamientos naturales de relación y comunicación con otros conejos.
Los conejos que viven solos sufren más estrés y aburrimiento. Es común que sean más destructivos, tengan peor salud y vivan menos. Los conejos que viven con otros conejos pasan mucho tiempo junto a los otros conejos, acicalándose, investigando, comiendo o simplemente tumbados juntos. Ellos se sienten más felices y seguros cerca de otro conejo y es una necesidad etológica básica que debemos cubrir para que tengan una calidad de vida mínima. Por tanto ningún conejo debe vivir sin la compañía de otro conejo.
Sin embargo es importante ser consciente de que no podemos juntar conejos que no se conocen sin más. Para que no haya peleas graves es importante seguir un protocolo de presentaciones. Las presentaciones pueden resultar sencillas o complicadas dependiendo de cada individuo y su afinidad con los otros. Pero es un proceso por el que hay que pasar para que nuestros conejos a larga sean más felices. La estructura social de los conejos en libertad es compleja pero presenta jerarquías separadas para machos y hembras. Por eso las parejas de distinto sexo tienden a ser más estables.
Animales crepusculares
Los ritmos circadianos del conejo silvestre están adaptados a una vida principalmente crepuscular. Es decir que los picos de actividad se dan al amanecer y al atardecer. Esto les permite evitar a algunos depredadores y también las horas de mayor calor y frio en las estaciones del año más extremas (verano o invierno)
En el conejo doméstico, este ritmo se mantiene en gran medida aunque se pueden adaptar a otros ritmos. En general los conejos se mantienen poco activos durante el día, mantienen algo más de actividad por la noche y sobre todo se activan de madrugada y por la tarde.
Por esta razón es tan inadecuado encerrarlos en espacios pequeños mientras dormimos. Les privamos de sus horas de mayor actividad, lo que les produce estrés y puede derivar en comportamientos poco adecuados o molestos. No es raro que un conejo encerrado durante horas, se vuelva muy destructivo cuando por fin le dejan salir a explorar.
También se debe tener en cuenta que, si tenemos a los conejos sueltos en casa, pueden encontrar divertido ir a molestarnos o pedir mimos a las 5 de la mañana. A algunas personas les encantará que les visiten en la cama y a otras les puede resultar molesto. Siempre podemos encerrarnos nosotros.
Animales silenciosos
Los conejos no emiten sonidos fuertes. En general son bastante silenciosos y los ruidos o sonidos que hacen para comunicarse suelen ser sutiles. Pero son muy variados y conviene conocerlos para saber interpretar su estado de ánimo o su comportamiento.
Animales territoriales
Los conejos en la naturaleza tienden a defender el territorio. Aunque son sociables con otros conejos, solo lo son con los de su mismo clan. Las hembras en especial tienen un fuerte instinto de protección de las madrigueras frente a otras hembras. Los escondites y refugios pueden ser fuente de conflictos entre conejos cuya relación aún no está muy consolidada. Por esto las jaulas son una malísima idea cuando hay que hacer presentaciones de conejos. En general los conejos se mostrarán más agresivos que de costumbre cuando intentemos invadir sus lugares de refugio o descanso. Esta agresividad es más marcada en conejos sin esterilizar y se puede extender a las personas o a otros animales.
Los conejos marcan con heces, orina y con secreciones de las glándulas bajo la barbilla todo lo que consideran sus dominios. La marcación de territorio es más frecuente e intensa en individuos sin esterilizar y al llegar a un lugar nuevo. También se intensificará cuando nuevos conejos se incorporen a la familia.
Dentro de su territorio el conejo necesita sentirse seguro. Le gusta conocer cada rincón y todas las vias de escape en caso de tener que huir. Algunos conejos se estresan cuando les cambian las cosas de sitio. También pueden ser reacios a usar nuevos elementos de enriquecimiento ambiental al principio. Pero con paciencia los terminarán explorando y seguramente se aficionarán a ellos.
Animales inteligentes
Los conejos aprenden rápido. Se pueden entrenar e igualmente suelen entrenarnos a nosotros en algunas cosas que les convienen. No es complicado enseñarles a venir cuando se les llama y algunos trucos sencillos. Nunca se debe castigar a un conejo y el aprendizaje debe ser siempre a base de premios y, a ser posible, sin tocarlos.
Aprenderán fácilmente las rutinas de la casa y de los miembros de la familia y exigirán premios si se les acostumbra a ellos. Aprenden a hacer sus necesidades en una bandeja higiénica aunque, si no se esterilizan, este aprendizaje puede verse interferido por las hormonas y el instinto de marcar.
Los conejos se comportarán de manera diferente con diferentes personas en función de la interacción que tienen con cada una. En general serán más confiados y tranquilos con quienes más les respeten y no fuercen la relación. También se mostrarán más proactivos con las personas que suelan premiarles más. Con las personas que los agobien se comportarán de forma miedosa o agresiva al igual que con las personas que consideren impredecibles.
También puedes leer:
Small prey species’ behaviour and welfare: implications for veterinary professionals. E. Anne McBride
Consúltanos cualquier duda que te haya quedado después de leer este artículo.